lunes, 22 de junio de 2009

Ensayos Ganadores del I C.E.N. "Los Derechos de la Persona con Discapacidad": SOMOS IGUALES

“EL VALOR DE MIS IDOLOS”

Me hubiera gustado contar que inventé un instrumento para beneficiar a los impedidos físicos; pero como no tengo esa dicha y considero que todos los seres humanos somos iguales ante la ley divina y la ley del hombre, no concibo, cómo se usa la palabra minusválido para referirse a hermanos con deficiencias físicas, mentales o sensoriales.

Yo no creo que ninguna persona tenga menos valor que otra, por el hecho de que la vida fue un tanto injusta con ella, al no dotarle de una configuración normal. Y ¿qué es la normalidad, acaso no es relativa? ¿De qué sirve tener el cuerpo sano y completo, si la mente esta desquiciada por las cosas mundanas o la inteligencia y el talento se usan muchas veces para hacer el mal y no el bien. El término minusválido es impropio e indigno para calificar el estado real de una persona. Es término carente de sensibilidad humana y está desprovisto del mínimo respeto y consideración por otros seres no afortunados por la naturaleza. Y por ser totalmente discriminatorio y atentatorio a los Derechos Humanos, es necesario desterrar tal calificativo.

La historia registra casos de excelentes artistas del canto, la música y la pintura o de inventores, que pese a ciertas desventajas naturales sobresalieron con más nitidez sobre otros seres humanos. Y yo que me consideran “normal”, nunca olvido dos hechos que llevo grabados en mi mente y en mi corazón, por la gran lección que representan:

Por un lugar cualquiera de nuestra ciudad, un día vi manejar un triciclo a un hombre que tenía las piernas amputadas. Ese hombre en su afán de sobreponerse a su realidad y sobrevivir, invirtió los pedales de su vehículo, de tal modo que sus brazos reemplazaron a sus piernas. Así pasaba por el mundo, sin rencores ni amarguras, ganándose el pan de cada día y buscando el bienestar para los demás.

Otra vez, escuché decir a un muchacho que sufría los estragos de la poliomielitis: A mi me gusta que me quieran de verdad, sin lastima ni piedad, porque me hacen daño, ya que con mis limitaciones he aprendido a vivir y ser útil y me siento útil.

¡Qué muestras y qué ejemplos de superación a la adversidad! Con grandeza y humildad aceptaban la prueba que Dios o la vida nos dan.

Qué tal valor de mis ídolos, que tal entrega y amor por la vida; para ellos no son nada infortunios, obstáculos o indiferencia.


Seudónimo : HORIZONTE
Lugar : 1er. Puesto. – 1996: I CEN
Nombre : Katiuska Bolivar Lobatón
Colegio : Santa Anita


“LOS DERECHOS DE LA PERSONA IMPEDIDA”

Cuando muchas personas nacen, tienen la suerte y la dicha de no sufrir alguna alteración física, pero hay otro tanto de personas que no tuvieron esa oportunidad o sino que al transcurrir sus años de vida, perdieron lamentablemente alguna parte de su cuerpo. Sin embargo, estos sucesos no los hacen diferentes entre sí, porque todos somos seres humanos y si alguien opina lo contrario, es suficiente decir que todos nacimos de una mujer.

El impedido físico es una persona muy especial para muchos porque son ellos los que brindan un verdadero amor hacia los demás, que en muchas ocasiones es rechazado, ya que el falso orgullo, llena de desprecio a muchos. Todos están totalmente equivocados, ya que estas personas son capaces de realizar grandes obras por su propio progreso y por ayudar a los demás.

Sé de una historia en que una niña había perdido una de sus piernas y que vivía muy lejos de la ciudad, esto no era impedimento para que dejara de asistir a su colegio. No le importaba levantarse temprano, coger su única muleta y caminar esa gran distancia, que para muchos era muy difícil. A nadie le importaba, mas un día su profesor de dio cuenta de su error y decidió conjuntamente con los demás niños, ofrecerle una gran bienvenida al día siguiente, pero ese día, ella no llegó. La niña había muerto de una extraña enfermedad.-

Así también, no debemos esperar dejar tanto tiempo para decirles: Te vamos a ayudar, eres importante, te quiero mucho. Ellos esperan eso y mucho más de nosotros, un amor sincero, de amigo.

Muchos impedidos físicos son rechazados en nuestra sociedad y esa es la forma de decir que somos cobardes, de nada sirve pedir ayuda, comprensión, ser profesional, ser el mejor, y tratar de dirigirnos a Dios, si no aceptamos a personas como nosotros. Entonces, si queremos recibir de los demás, empecemos por otorgar ese cariño a todos aquellos que lo necesitan más.

Somos iguales, somos seres humanos y todos tenemos sentimientos, por lo tanto dejemos que nuestra propia inseguridad nos domine, y hagamos lo que nuestro corazón nos dicte: Amar a todos nuestros semejantes.

Seudónimo : ALBERA
Lugar : 2do.Puesto. – 1996 : I CEN
Nombre : Jorge Campos Velarde
Colegio : José Olaya.


“DERECHOS DE LOS IMPEDIDFOS: APRENDAMOS DE LOS INCAS”

En nuestro país sólo hubo una época en que se reconocieron los derechos de las personas con discapacidad o con impedimentos físicos: la Época Incaica.

Como un padre, que no puede desear que sus hijos sufran, el Inca buscaba que los impedidos se alimenten y vivan como las demás personas. Para ello, mandó que todos los discapacitados realizaran actividades acordes con sus capacidades existentes.

Los ciegos se dedicaron a alegrar a la corte con la bella música que con destreza sacaban de sus instrumentos. A los paralíticos se les hacía crear hermosos vestidos y telas para la nobleza. Incluso, se empleo a los discapacitados para labores de inteligencia, pues el Inca consideraba que ningún enemigo podía sospechar de ellos.

En tiempos anteriores al Tahuantinsuyo, los impedidos físicos estaban reducidos a la condición de mendigos que clamaban caridad al pie de los templos.

Con la llegada de los españoles, los impedidos fueron reducidos nuevamente, a la condición de pordioseros.

Durante la República se han dado leyes a favor de estas personas, cada vez más perfeccionadas, pero que no pasan de ser escritos en el papel, pues no se cumplen. No se considera al discapacitado con iguales derechos que los demás.

Por eso, debemos formar una conciencia cívica en la población para que no se mire con menosprecio a los impedidos, como si fueran personas inútiles o “cargas sociales” que hay que sobrellevar. Los “discapacitados” son gente con fuerza y empuje, con capacidad de ayudar al desarrollo del país.. A pesar de sus dificultades, no se amilanan. En cierto sentido tienen más valor que mucha gente sin impedimentos físicos.

Tenemos el ejemplo del artista Máx. Inga, quién desde su silla de ruedas, es el pionero y uno de los máximos exponentes de la cerámica en el Alto Piura.

En una sociedad democrática, la igualdad de oportunidades no debe ser “letra muerta” sino tener vigencia.

Pasando al plano de lo concreto, empecemos por hacer que la ley, que dice que los impedidos deben tener vías especiales para transitar, se cumpla.

Promovamos la creación de centros de recreación y esparcimiento para que estas personas puedan desarrollar sus actividades corporales. Hace falta, también, que los estimulemos en lo deportivo; pues, a pesar de que ganan premios en competencias internacionales, casi nadie les presta ayuda, no les reconocen sus méritos.

Esto ha ocurrido con nuestros representantes a los Juegos Paraolimpicos, celebrados en Atlanta en agosto pasado, quienes nos trajeron una medalla de oro en natación.

El plano educativo, estas personas tampoco tienen centros adaptados a sus necesidades especiales.

Quizá una tarea de los impedidos debiera ser luchar por tener una representación política adecuada para hacer valer sus derechos ante el Estado.

Pero, quién sabe, si una tarea más inmediata y más importante sea, para todos nosotros, aprender de la civilización incaica que al tener un sentido del trabajo hizo que nadie fuera discriminado por sus defectos o impedimentos físicos. Sólo si buscamos juntos las condiciones adecuadas para que todos nos desarrollemos integralmente como personas podremos construir una sociedad mejor en nuestra patria.


Seudónimo : VARAYOC
Lugar : 3er. Puesto. – 1996 : I CEN
Nombre : Sergio Verástegui Valderrama
Colegio : José Olaya

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