miércoles, 24 de junio de 2009

Ensayos Ganadores del VI C.E.N. "Los Derechos de la Persona con Discapacidad": NOSOTROS TAMBIEN


TE QUIERO ASÍ

Que difícil es querer ver el mundo según nuestros ojos, nuestro sentir y nuestros deseos... que difícil es aún más para mí escribir algo que me toca profundamente... Fueron tantas ansias, días de alegría y felicidad, meses de larga espera de un hermanito a mi hogar, pues yo era el único, papá y mamá trabajaban y yo pasaba muchas horas de soledad, me hacía falta un hermanito con quien jugar, compartir mis juguetes, y sobre todo darle todo mi amar...

Pues, llegó el ansiado día, mamá se veía radiante, todos estábamos felices, fue varón nos dijeron, todo salió bien...

Fueron transcurriendo los días, meses y yo lo veía, un bebe hermoso pero algo notaba en él, que no veía en los demás bebés, así que comencé a hacer preguntas..., pero me respondían con evasivas. Recuerdo un domingo, que un amiguito fue a mi casa y me dijo: Tu hermano es down, ten cuidado, no te avergüenzas de él? Mi hermanito que ya tenía casi 1 año, ya empezaba a dar sus primeros pasos, él siempre tenía una sonrisa para mí, era inquieto y cariñoso, era el mejor regalo en mi vida, él comenzó a llenar esos vacíos, con él jugaba, compartía mis juguetes y le contaba mis cosas, así no las entendiera... Mi amigo se fue, papá y mamá conversaron conmigo, yo preguntaba, ellos respondían, luego hubo un largo silencio.

Recuerdo lloré mucho. Porque pensé que él cuando creciera y vaya al colegio se burlarían y le harían daño... pero me tiene a mí para defenderlo; a partir de ese día singular le repito Te quiero así..., y lo quiero así con sus ojitos rasgados y a la vez inquietos, con sus manitas chiquitas pero llenas de ternura, con sus cabellos alborotados, con sus abrazos inesperados... lo quiero así.

En este mundo donde vivimos todos tenemos esas ansias de vivir, de gozar, de compartir, de luchar por nuestras metas y nuestras sueños, pero aún así existen otras personas como mi hermanito, que igual sienten y están, llenos de amor, son como un chocolate relleno de amor y alegría, ellos serán especiales, pero igual quieren ser alguien porque son capaces, y se dan cuenta de todo y en este mundo Dios los incluyó...

Si ves a un niño down, no lo rechaces, si ves a una persona con discapacidad mental, no le tengas miedo, no los conoces, ni sabes porque están así, no las juzgues... ora mucho por ellos, pues son parte de nuestro mundo...

Pues a ti hermanito Te quiero así, simplemente como eres, aún escribiendo estas notas, estás a mi lado queriéndome imitar...

Les toca a todas las personas con discapacidad mental, sin importar edad, sexo y condición social, estar presentes y a nosotros velar por ellas para que tengan una mejor calidad de vida.

Te quiero así, eres el arco iris más hermoso, con sus esperanzas, con su ternura y bondad, con su amor desbordante, con la felicidad instantánea, eres mi niño genio y yo soy simplemente tu hermano que daría todo por ti...

...Te quiero así.

Seudónimo : “El Principito”
Lugar : 1er. Puesto – 2003: VI CEN
Nombre : Carlos Quesada Becerra
Colegio : “Vassil Levski” – Surquillo - Lima


EL PAJARERO

Discapacidad sensorial.. No!!, Discapacidad y sus efectos socio culturales... Tampoco! La esquizofrenia y su profilaxis... ¡Menos!!!... ¡Rayos!

¿Sabes dónde encuentro casos de discapacidad mental? - le pregunté a mi hermano, después de pasarme media tarde por internet.

Había encontrado todo tipo de información que no me decían nada del lado humano del problema, sobre el cual debía exponer el siguiente lunes.

En vano esperé que Ricardo, mi hermano menor y adicto irrecuperable del Chat y los videojuegos, sacara de su sombrero de mago alguna dirección electrónica que pudiera servirme.

No contaba que a esa hora del día cada célula de su cuerpo, incluidas las de su cerebro, entraba en una metamorfosis de pereza que lo incapacitaban para ejecutar el más mínimo movimiento y el más simple de los pensamientos.

“O sea... o sea... no sé... ¿Qué es ahh?... ¡Pucha, qué ganas de hacerme perder el tiempo!”. En ese momento mi tía Rosa, que pasaba una temporada con nosotros, entró en la habitación precedida de un enorme fardo de olorosas sábanas limpias que el sinvergüenza de mi hermano le había encargado lavar, conocedor de su siempre aprovechable buena voluntad.

Felinamente, salté sobre ella y como si le atinara con una piedra a un perro le hice la más sincera de mi preguntas: ¡Tiíta!, ¿Conoces algún caso de discapacidad mental?

Ella, mirándome, asustada respondió: ¿Por qué?, ¿Te sientes mal?, ¿Quién te ha dicho que tienes eso? No... Tía. ¡No tengo nada, sólo contesta!

Pero, ¿Cómo me preguntas eso? ¡Nuestra familia, siempre ha sido una familia respetable y que yo sepa, jamás ha habido locos en ella!!!

Me quedé pasmada con la respuesta. La discapacidad mental era símbolo de vergüenza. Pero , ¿Por qué?

Al día siguiente y después de gastar otra hora en internet decidí buscar a Estrella, mi mejor amiga. Juntas y montadas en nuestras bicicletas nos dirigimos al parque para oler el aroma de las flores recién regadas.

¡Qué difícil es encontrar gente que sepa algo de discapacidad mental! Le dije mientras permanecíamos tumbadas en el césped y con la vista puesta en la copa de los árboles. ¡La gente no cuenta esas cosas! –replicó-

De pronto algo la distrajo y fijando la mirada hacia la entrada del parque de un salto se puso de pie y gritó: -¡¡Un loco, viene un loco!!!

El pánico me invadió, ya había escuchado antes que los locos ahorcaban sin piedad, que sin qué ni porqué eran capaces de matar, que eran sucios..., en fin que eran muy peligrosos.

Presas de un incontenible pavor tratamos de ganar con nuestras bicicletas la única entrada a la glorieta donde habíamos estado descansando.

Llegamos justo a tiempo para adivinarlo con el rabillo del ojo. Era algo, y por toda ropa llevaba unos sacos de harina toscamente cosidos y amarrados por todo el cuerpo. Su barba pobladísima y su cabello enmarañado ocultaban un rostro oscuro casi inhumano.

De pronto mi bicicleta golpeó en algo y en un instante caí por los suelos. Por un momento perdí el sentido. Sólo sentí cómo unas manos enormes me levantaban del suelo para recostarme en el pasto. Al recobrarme, lo único que pude ver fueron unos ojos azules limpios como el cielo que me miraban con una mansedumbre tal que me llenaron de paz y seguridad.

¿Estás bien?, ¡Te diste un buen golpe!

Sí, justamente quien preguntaba y me limpiaba el rostro era aquel hombre terrible del cual huíamos mi amiga y yo.

De pronto un miedo interior me dejó helada. ¡Por favor, no me hagas daño! –imploré-.No te preocupes, ya me voy... y cogiendo sus cosas giró y comenzó a alejarse. Apenas se hubo alejado, cogí mi bicicleta y no paré hasta llegar a casa. Casi detrás apareció Estrella, aún pálida por el tremendo susto que nos habíamos llevado.

¿Cómo estás, no te pegó, no te hizo nada malo, verdad? Preguntó insistente. No, más bien fue amable y considerado, mientras que yo...

De pronto me sentí avergonzada por lo mal agradecida que había sido y poniéndole una mano al hombro de mi amiga le pedí que me acompañara para darle las gracias.

Estás loca, te prohíbo que regreses, quién sabe si ahora sí te haga algo y también me lo haga a mí.

Pero estaba decidida, aunque aterrada. Esta iba a ser la mejor oportunidad de conocer de primera mano lo que tanto deseaba conocer.

Sentados frente a frente me pareció menos terrible, más humano.

-Sabes no sé desde cuándo no me piden conversar, creo que desde que dejé el hospital, de esto ya 8 años creo.
-Dime, cómo te llamas? – le pregunté.
-Mi nombre es Pablo, Pablo Mancuso.
-Y cómo llegaste a ser... a ser....
-¿Un loco? –repuso él-
-No sé, supongo que gracias a las voces, los dolores de cabeza y mamá.
-¿Eso, y tu familia?
-No sé, supongo que se me perdió en algún lugar, me fui de casa después de que papá falleció.
-¿Y cómo viviste?
-En realidad, defendiéndome, porque los chicos me tiraban piedras o me agarraban a palos o me tiraban agua helada. Como no me dejaba, me pegaban más. Desde entonces, vivo escondido y libre al lado de las aves que son mis únicas amigas... perdón, además de ti, claro.
-¿Y en le hospital no te atendieron?
-Ahí no quieren a alguien como yo. Además, me escapé dos veces porque me ponían corriente y porque sus árboles estaban secos y leñosos y no hay aves.
-¿Las aves son importantes para ti, no?
-Claro, acaso hay algo más bello?
-No has visto como vuelos con el viento conversando cada una en su propio idioma; y, cómo después vuelan respetuosas unas encima de las otras sin jamás tocarse. A mí me tocó perder mis alas y mi pico. Pero, espero recuperarlos el próximo año.
-¡Pero, qué dices!! ¿Acaso, eres un ave?
-¡Sí y muy grande! –contestó-.
-¿Dime, extrañas a alguien?
-Sí, a papá, pero él se fue al cielo de las aves, por eso el próximo año me iré con él.
-¿Lo quisiste mucho?
-No lo quise, lo quiero y lo querré siempre más que a mamá.

En efecto, Pablo contó que su madre guardaba en secreto el deseo de no querer ser madre. Pro eso, una noche y a escondidas, tomó pastillas que la pusieron en tal estado que tuvieron que llevarla al hospital para salvarle la vida, a ella y al niño que ya esperaba sin saberlo.

Después de algunos meses, Liza, que era su nombre, dio a luz. El niño no lloraba como todos, ni evidenciaba progreso alguno en su aprendizaje.

Un día Mario, su padre, regresó de trabajar y encontró al bebe llorando al lado de una carta. La abrió y desde entonces se convirtió en padre y madre para Pablito.

Así pasaron los años y Pablo pasó casi sin pensar, de su niñez a su juventud y de allí a su adultez, dejando tras de sí recuerdos de penas y alegrías como cualquiera.

Mientras contaba eso, sus ojos se le habían llenado de lágrimas.

De repente Estrella había regresado con un policía que presto se preparaba a asestar un sólido golpe en la cabeza de mi desprevenido entrevistado, por lo que interpuse diciendo: ¡No, no le haga nada, es mi amigo!...

De esta manera pude dar respuesta a la interrogante que tanto deseaba despejar, que un discapacitado mental es tan sólo un ser humano cuyas experiencias de vida son tan ricas que le dan la capacidad de enseñarnos a despertar el niño que aún vive en nosotros.


Seudónimo : DAFNE
Lugar : 2do puesto – 2003: VI CEN
Nombre : María Melania Cárdenas Soto
Colegio : “República de Chile”


GRATITUD A LA VIDA

Hoy comenzó mi vida. Mis padres aún no lo saben, soy tan pequeña como la semilla de una flor de la bella abanquina y ¿saben?, estoy debajo del corazón de mi madre.

Mi cuerpo se forma cada vez más, pero aún mi madre no sabe que me lleva dentro de ella.

¡Hey! Comenzó a latir por primera vez mi corazón, ¡siento mis manos! Ojalá que mi madre pueda escuchar el latido de mi corzón como yo escucho el de ella.

El doctor le anunció por primera vez a mi madre que me lleva dentro de ella. ¿Estará feliz mi mamá? ¡Soy una niña!, mi mamá no lo sabe. Tal vez estará esperando a un niño. ¿Pero qué sorpresa te llevarás mamá?

¡Oh!... ¡no! No siento mis piernas. ¿Qué me está pasando? ¿Será por la caída que sufrió mamá?

El doctor le dijo que tengo una discapacidad en las piernas. ¡Lo siento mamá! Pero, ¿me querrán así?

Ya nací, me siento feliz al ver a mamá, perú aún no puedo mover mis piernas. Cada vez creía más, pero sin la posibilidad de caminar y la gente me veía y me decía cosas que me hacían sentir mal. Cuando cumplí seis años, entré al colegio, mis compañeros me trataban mal, nadie quería jugar conmigo. ¡No sé cómo lo soporté!

Terminé primaria y entré a secundaria, allí encontré a una persona que se hizo mi amiga, la quería tanto.

Pero ella sufrió un accidente en tercero de secundaria y falleció. Me sentía tan mal por la pérdida de mi amiga, pero poco a poco lo superé. Terminé la secundaria y me presenté a la universidad.

Pasé cinco años en la universidad, y ahora soy una gran secretaria, me casé con un doctor, tengo dos hijos y sigo adelante con mi vida.

La discapacidad es una enfermedad donde pierdes alguna parte de tu cuerpo o pierdes algún sentido, las personas que sufren de discapacidad son personas aún más inteligentes, pierden un sentido pero aumentan otro.

Finalmente... todos somos hijos de Dios, ¡gracias señor por haberme dado vida!



Seudónimo : Corazón
Lugar : 3er. Puesto - 2003: VI CEN
Nombre : Evelyn Acuña Núñez
Colegio : "Santa Rosa" - Abancay - APURIMAC

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